Imantar un Metal
Tener entre nuestras herramientas, algunas imantadas. Nos pude facilitar en gran medida nuestras labores de bricolaje o montaje de experimentos caseros.


Y la manera de imantar cualquier pieza de níquel, hierro, cobalto y sus aleaciones, es bien sencilla. Y las herramientas pueden ser un destornillador, tijeras, punzón,… etc

Simplemente tenemos que tener en nuestro poder un imán. Estos no son nada difíciles de conseguir, cualquier altavoz tiene uno. O esos cierres de las puertas de las armariadas también los lleva. Pero si queremos imantar de verdad. Tendremos que olvidarnos de los imanes de ferrita. Ya que estos son los más utilizados, pero no son lo más potentes.

Los imanes más potentes son los de neodimio. Y se pueden comprar fácilmente en cualquier ferretería. Se reconocerán porque son brillantes, de aspecto parecido al acero pulido.

La manera de imantar casi cualquier herramienta metálica, es la siguiente…

Hay que coger el destornillador o la herramienta que sea y pasar el imán repetidas veces (con 15 o 20 son suficientes), por todo el metal. Teniendo cuidado en hacerlo siempre en la misma dirección y parte de la herramienta.

Esto hará que las partículas eléctricas de las que está formada la herramienta se alineen en acorde al campo magnético que se le ha estado aplicando mediante los frotes con el imán de neodimio.

La duración de este estado varía según haya sido la fuerza del imán con el que se ha hecho la imantación y del propio material de la herramienta. Pero que durar, dura. Perfectamente meses e inclusive años sin problema. Lo bueno es que si notamos que pierde algo de fuerza, solo tenemos que repetir la operación y quedará imantado nuevamente.

Y como en estos casos es mejor una imagen que mil palabras. Vamos a ver un vídeo tutorial de cómo Imantar Cualquier Hierro Muy Fácil.


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